Nervios, sudores fríos, palpitaciones. El instante previo a realizar una presentación es para muchos un calvario. Perder el miedo a hablar en público tiene una gran importancia tanto a nivel personal como profesional. Aquí se explican algunos consejos para triunfar en las exposiciones orales.
Como se suele decir, los buenos oradores no nacen, sino que se hacen. Todos somos capaces de elaborar y desarrollar un discurso que llegue a la audiencia y sepa transmitir nuestro mensaje de manera eficaz. La expresión oral permite también practicar otras habilidades comunicativas como la autoconfianza o la empatía.
Uno de los primeros consejos es saber adaptar la exposición al público receptor. Para ello, es importante conocer las características de la audiencia, qué les interesa y qué les motiva, para así adaptar el lenguaje y los contenidos. Hacer una introducción breve y concisa, destacando los aspectos principales del discurso, servirá para captar su atención.
Ante una situación de estrés tendemos a acelerar nuestro discurso. Tenemos ganas de acabar y salir corriendo de allí y esto el público acaba notándolo. Un tercer consejo a tener en cuenta es controlar la respiración y las pausas propias de la oralidad. Ofrecer una gran cantidad de información en muy poco tiempo puede ser contraproducente.
Utilizar la tecnología puede ser también un gran aliado. En la actualidad existen una gran cantidad de aplicaciones y herramientas online con las que ilustrar nuestro discurso. Una de las más utilizadas en el sector académico es Prezi, que permite hacer presentaciones en diapositivas de manera dinámica y moderna.
Por último, es recomendable dedicar un tiempo a las conclusiones. Resumir las ideas más importantes del discurso suele dar pie a que se genere debate entre los asistentes. A través de las preguntas del público podemos desarrollar algunos de los temas mencionados en la parte central de la exposición.
No obstante, la recomendación más repetida entre los expertos es la práctica. Más allá de estudiar en profundidad el contenido y proyectar una imagen de seguridad en uno mismo, es importante perder la vergüenza y lanzarse a hablar frente a los demás.
