De acuerdo con información suministrada por el Ministerio de Justicia y del Derecho de Colombia, en los últimos 6 años, se ha dado un incremento considerable del consumo de sustancias psicoactivas. El consumo de marihuana aumentó un 38%, el de la cocaína un 28%, las anfetaminas un 125%. Estas cifras constituyen un problema crítico para el país en salud pública y en el ámbito social, invitando a las instituciones educativas a revisar las estrategias que estén implementando para la prevención del consumo.
Factores de riesgo
Factores de riesgo que fomentan el consumo de sustancias psicoactivas:
- Factores Individuales
Los factores de riesgo están asociados a baja tolerancia a la frustración, conductas agresivas, depresión o baja autoestima, entre otros. - Factores familiares
Consumo de sustancias psicoactivas por parte de padres de familia o cuidadores, disciplina autoritaria, sobreprotección, permisividad, falta de supervisión de los padres o cuidadores en las actividades de los hijos, poco control en el acceso a contenidos virtuales o violencia intrafamiliar, entre otros. - Factores sociales
Bajo apoyo en Redes Sociales, desinformación, fácil acceso a las sustancias psicoactivas, uso de sustancias psicoactivas por parte de padres o violencia en el entorno escolar y social, entre otros.
Los jóvenes de hoy deben adaptarse a una sociedad que va cada vez a mayor velocidad, un entorno cada vez más exigente y competitivo, donde el sentimiento de vulnerabilidad, el afán de independencia, la imitación o la curiosidad es algo que se vive diariamente generando, en muchos casos, que las aspiraciones de los jóvenes estén muy limitadas por el entorno donde se desenvuelven, el cual, no siempre les ofrece las herramientas para un crecimiento personal que impacte positivamente en su calidad de vida. Datos del Observatorio de Drogas de Colombia reflejan cifras alarmantes que evidencian que, en encuestas realizadas, la edad de personas que reconoció haber consumido alguna vez o “probado” sustancias psicoactivas era de 12 años, teniendo en común, el desconocimiento de sus consecuencias.
En Colombia, el Observatorio de Drogas implementa una serie de recursos, evaluaciones y actualizaciones de documentos que permiten a cada una de las instituciones de educación superior generar estrategias adecuadas frente a estas cifras de consumo de sustancias psicoactivas. Sin embargo, y aunque muchas han sido las estrategias establecidas por las instituciones frente a esta problemática, cada vez se hace más necesario crear estrategias orientadas a la conformación de cátedras obligatorias para brindar a los estudiantes mayor conocimiento del tema, no solo desde una perspectiva ética y moral, sino también desde una perspectiva de formación integral, que permita generar en los jóvenes reflexiones propias y profundas del uso y abuso de sustancias psicoactivas. Además, les puede proporcionar recursos para una mejor toma de decisiones para afrontar problemáticas sociales reales, creando conciencia de los efectos de las sustancias psicoactivas en su vida y en el desarrollo académico y profesional, y favoreciendo estilos de vida más saludables y con mayor bienestar personal.
Sin embargo; se evidencia que no basta solamente con propiciar espacios de sensibilización aislados en la población universitaria, sino también apostar por acciones innovadoras que eduquen emocionalmente para afrontar los retos actuales en los que están sumergidos diariamente los universitarios. Fortalecer una disciplina positiva, orientada al logro de objetivos académicos y personales, donde los niveles de químicos de endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, asociados a la felicidad y el bienestar, aumenten de manera natural, sin necesidad de consumir sustancias que desembocan en el deterioro de la salud mental, física y emocional, hasta incluso la muerte.
Harvey Milkman, catedrático de Estados Unidos en psicología, manifestó en un artículo publicado en el periódico El País, que propiciar más y mejores espacios de intervención artística, musical y deportiva para la población juvenil, ha evidenciado que este tipo de acciones ha sustituido el uso de consumo de sustancias psicoactivas. Gracias a este tipo de actividades de bienestar y desarrollo personal en los jóvenes, se establecen hábitos de vida saludables, acorde a la química de su cerebro, modificando significativamente su calidad de vida y relaciones interpersonales.
En ese sentido, resulta fundamental tener como referentes aquellas políticas y propuestas que se encuentren en la ruta de atención para la promoción de hábitos de vida saludable. En ese sentido, se encuentra uno de los principales retos del área de Bienestar Universitario de UNINCOL, siendo generadora de espacios de escucha activa para los jóvenes de la comunidad institucional, los cuales puedan contar con un sistema de apoyo frente a las problemáticas que viven y que los puedan llevar al consumo. Por ello, invita a todos aquellos que necesiten este espacio, a comunicarse con el área de atención psicológica y solicitar una cita para conversar al respecto.
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