Un informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que contar con colaboradores poco saludables o con sobrepeso u obesidad, que derivan en problemas de diabetes o hipertensión, podrían disminuir la productividad de las organizaciones.
Además, la OIT estima que aproximadamente 1.000 personas mueren cada año como consecuencia de accidentes de trabajo y otras 6.500 debido a enfermedades profesionales.
“Los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales tienen grandes repercusiones en las personas y en sus familias, no sólo desde el punto de vista económico, sino también en lo que respecta a su bienestar físico y emocional a corto y a largo plazo”, indica el informe publicado por la OIT.
Además del coste económico, existe otro coste intangible, de sufrimiento humano, que podría prevenirse tomando ciertas medidas.
En el mismo informe, se exponen las oportunidades existentes y recomendaciones para la puesta en marcha de estrategias de prevención efectivas para garantizar la seguridad y salud en el trabajo (SST) a nivel mundial.
El informe, publicado en 2019 con motivo del centenario de la OIT, deberá ahora actualizarse teniendo en cuenta el nuevo escenario que se ha abierto a raíz de la pandemia mundial del COVID-19.
La situación, además de ser una amenaza para la salud pública, ha tenido repercusiones a nivel económico y social, afectando el bienestar de millones de personas. Según la OIT, gobiernos, trabajadores y empresas tienen un papel decisivo para conseguir la seguridad de las personas y la sostenibilidad de las empresas y los puestos de trabajo.
Estudio: Seguridad y salud en el centro del futuro del trabajo. Aprovechar 100 años de experiencia
