La obesidad infantil es un problema de salud pública que afecta a millones de niños y niñas adolescentes en todo el mundo, con implicaciones significativas para su salud futura. Pero, ¿qué tan efectivo es el tratamiento temprano de la obesidad en la prevención de enfermedades graves y la mejora de la calidad de vida en la adultez? Un reciente estudio publicado en JAMA Pediatrics arroja luz sobre este tema, revelando cómo una respuesta positiva al tratamiento de la obesidad en la infancia puede reducir riesgos de enfermedades crónicas y mortalidad en el futuro.
La obesidad infantil ha alcanzado niveles alarmantes a nivel global, afectando tanto a países desarrollados como en desarrollo. Se proyecta que, para 2035 a nivel mundial, el 18% de las niñas y el 20% de los niños de entre 5 y 19 años serán obesos. Esta condición está vinculada a problemas de salud como hipertensión, enfermedad hepática, resistencia a la insulina, así como a dificultades psicosociales, incluyendo ansiedad, depresión y estigmatización. Además, los niños y niñas con obesidad tienen un mayor riesgo de enfrentar problemas de salud en la adultez en comparación con aquellos que presentan un peso saludable en la infancia.
¿Cómo se desarrolló el estudio?
El estudio, que se titula «Effect of Pediatric Obesity Treatment on Long-Term Health», utiliza los datos del Registro de Tratamiento de la Obesidad Infantil (BORIS) de Suecia para analizar a más de 6,700 niños y adolescentes de este país con obesidad, de entre 6 y 17 años, que recibieron tratamiento durante al menos un año. Estos participantes fueron seguidos hasta la adultez joven (18-30 años). Se evaluaron los resultados en función de la respuesta al tratamiento, clasificada como pobre, intermedia, buena o remisión de la obesidad, y se compararon con una muestra de la población general.
Hallazgos clave
Los resultados demuestran que una respuesta positiva al tratamiento de la obesidad infantil está asociada con una reducción significativa del riesgo de enfermedades cardiometabólicas en la adultez temprana, como diabetes tipo 2, dislipidemia, hipertensión y mortalidad prematura. La mayor reducción del riesgo se observó en quienes lograron la remisión completa de la obesidad durante la infancia. Sin embargo, el tratamiento no tuvo impacto en la disminución del riesgo de depresión o ansiedad, lo que sugiere la necesidad de abordar estas condiciones de manera independiente dado que suelen coexistir con la obesidad pero tienen orígenes y dinámicas distintas.
El estudio también resalta que incluso una respuesta moderada al tratamiento reduce el riesgo de diabetes tipo 2, aunque la remisión completa o una buena respuesta son necesarias para disminuir significativamente el riesgo de hipertensión y dislipidemia. Además, se observó que los grupos con mejores respuestas al tratamiento presentaron una menor necesidad de cirugía bariátrica, un indicador de obesidad severa persistente, aunque esta no desapareció por completo.
Implicaciones finales
El tratamiento temprano y efectivo de la obesidad infantil tiene un impacto positivo y duradero en la salud física, reduciendo significativamente el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad en la adultez. El estudio destaca la relevancia de invertir en programas de prevención y tratamiento desde edades tempranas, no solo para mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también para aliviar la carga de las enfermedades relacionadas con la obesidad en los sistemas de salud.
Fuente: Effect of Pediatric Obesity Treatment on Long-Term Health
Esta publicación ha sido realizada por la Fundación Internacional de Educación de Colombia (UNINCOL) con el objetivo de ofrecer información que aporte al mejoramiento continuo de la calidad de vida de la comunidad institucional.
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